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Nuestra Historia

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Historia del Coro Quechorus. Nuestros primeros treinta años...

Corría el año 1994 y un grupo de amigos se congregaba a canturrear en torno a una guitarra. El director Juan Carlos Pérez se encontraba haciendo un curso de dirección coral por ese entonces en Crecer Cantando, y no ocultaba su deseo de organizar su propio coro. Así, en torno a este grupo unido por la amistad  y el canto comenzó a germinar la semilla del Coro Quechorus.

El nombre? Creación colectiva y sin duda la influencia de nuestro bienamado y ‘desordenado’ del Jorge Rojas. Al principio fuimos Ke Chorus con ‘K’, pero sin duda el espíritu era que esto de cantar juntos siempre nos pareció ‘muy choro’. 

Algunos de los más antiguos integrantes del coro: El Juanca, la Vero, Jorge Rojas, Sonia, La Pily, Margarita, Claudio, se fueron sumando otros varios amigos y otros fueron partiendo cuando la vida los llevó por otros rumbos.

Cantábamos en un colegio abandonado en la calle Hamburgo, en una fría sala de la que teníamos que espantar los gatos para poder entrar, pero que al irse nos dejaban sus efluvios a orina. Con un piano viejo y desafinado, pero el espíritu alto y fuerte. Jorge en ocasiones nos animaba con una olla de  vinito navegado que se guardaba bien envuelto y abrigado  para el final del ensayo.   

Comenzámos nuestro desarrollo musical con temas simples, algunos de ellos muy animados. Bailábamos y cantábamos el Prende la Vela y otros temas muy rítmicos, por lo que Guido Minoletti comentó que le encantaba nuestro coro porque no era ‘colijunto’. Eso retrata nuestros comienzos. Gran alegría y entusiasmo.

La primera presentación fué para navidad de 1995 en la plaza Ñuñoa. Sin invitación y con las puras patas nos pusimos a cantar villancicos a la salida de la misa. (mash-Up le llaman ahora). En esa época tuvimos mucho contacto con el coro de la Parroquia Santa Bernardita, con el coro de Luz María que nos invitó muchas veces. Teníamos en esa época un repertorio más bien ‘pio’ que cantábamos en Semana Santa.

En esa época cantamos el Aleluya en un ensemble de varios coros. Fue una linda experiencia que adelantaba lo que nos sucedería muchos años después, (El 2014) acompañando en el coro Orfeo a Los Jaivas.

Comenzamos pronto nuestras presentaciones de Navidad en la Plaza Bremen. Al principio solos, tocando el timbre de las casas para invitar a los vecinos. 

Tenemos grandes coros amigos en Argentina, con los que hemos podido compartir e intercambiar canto y visitas. El año 2009 fuimos a cantar a Córdoba en Argentina. El 2010 comenzamos a ir al Festival Canto del Chucao en Huilo Huilo, que hemos tenido la dicha de haber seguido asistiendo a todas sus versiones. Conocimos coros del Sur de Argentina con los que hemos tenido intercambios muy lindos.

Hemos conocido muchos coros amigos y hemos tomado de ellos sus partituras, su talento, sus técnicas, su amistad, integrándonos hoy con propiedad en la red coral chilena. 

Difícil enumerar la cantidad de presentaciones y encuentros corales en los que hemos participado.

Hemos visto partir a cantar a las alturas a algunos amigos. Nos dejaron una pena gigante cuando partieron Jorge y Sonita, Gonzalo y Ana María. Nos recuerdan que el regalo de nuestra amistad y compañía es efímero y que hay que disfrutarlo a concho cada minuto y mientras dure.

El coro hoy es una gran familia. Nos une tanto la amistad como el gusto por el canto, y la pasión de aprender. El coro evoluciona y crece día a día, con mejor técnica y capacidad de ir a temas más complejos. Nunca nos hemos achicado ni vemos el día en que vayamos a hacerlo…

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